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jueves, marzo 27, 2008

Comunicación vecinal

Ver para creer. ¿Quién se queja de los vecinos?
Dicen que antes entre vecinos estaban las puertas abiertas, que siempre tenías a mano un puñadico de sal o una tacica de aceite... eso era antes.
Los tiempos cambian y uno se vuelve tan respetuoso que por eso de no molestar ni llama para preguntar qué les parece a los demás un cambio en la administración de la comunidad. Yo pensaba que en Lorca vivía en una comunidad normal, con sus gritos en el patio de luces tipo: (la madre a la hija) "eres una hija de puta", otra madre a otra hija "Lúuu-maría como no te bajes de la lavadora te arranco las orejas"...; con sus ecuatorianos borrachos los domingos a las 8 de la mañana, con la que fuma en el ascensor, con el que le da por vaciar todos los extintores, el que al quedarse encerrado en el ascensor rompe la puerta, el viejecico que cuando le da la prisa con su silla de ruedas se estampa y bloquea la puerta del ascensor... y lo más importante, un administrador que se queda con el dinero y ni cambia las bombillas.
Pensaba que vivía en una comunidad sencilla y aburrida y de pronto me encuentro con este maravilloso cartel en el ascensor. La idea del cartel no está mal, pero el que cada uno ponga que sí o que no sin identificarse son cosicas de Lorca.
Parezco benévola pero por respeto a mis vecinos no comentaré las faltas de ortografía, agradeciendo así la ilusión que al subir al ascensor sentía al comprobar que un nuevo vecino formaba parte de la conversación.
Confié en las nuevas tecnologías, iba con el "blutul" encendido pero no me llegaba la sincronización de alguna reunión...

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