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sábado, octubre 04, 2008

María..que diga Marta tomas a Manolo...


El encanto de un cura que te conoce de toda la vida está en pensar que hará una ceremonia para ti (porque te conoce) y que no va a estar desconfiando mirando el papel pensando: "sí, la de blanco la novia... pero ¿cómo se llama? ¿y si le digo "tú" o "mujer" o "acha" o...?" El cura del otro día, pese a emocionarse en un momento, tachán: le cambió el nombre a la novia, ¡era sólo para ver si estábamos atentos!
Aunque hay cosas que no se pueden contar os diré que la estrategia de presentarte a tu camarera de mesa en el cóctel, decirle la suerte que has tenido, que si le gustan los zapatos que llevas, que si te va a traer cerveza (de inmediato, por favor); esa es buena, pero es mucho mejor, en vez de ronronear alrededor de la mesa de los amigos solteros coger a un niño entre 7 y 8 años, y justo en el momento en el que ya no están los novios solos bailando el vals saltar a la pista con el niño que habrá llegado al colegio diciendo "bailé con una vieja de por lo menos 20 años".
Dicho lo cual, ¡Viva los novios! ¡Viva la novia! ¡Viva las amigas de la novia!

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