Ésta es la monumental tumba donde me encontré a un español. Se ruega no escribir en las tumbas. Pero siempre hay alguien que no puede resistir la tentación. Si nos fijamos "los lunares" rojos de la escultura, son besos. Hay alguna firma destacable "Gracias por ayudarnos a soñar" con la que seguro sonreiría el inglés.
Lo malo fue el español, se empeñó en firmar, con dos cojones. Ni rotulador ni barra de labios, quiso hacerlo con un bic -el firmar, se entiende-. Se oía raspar piedra y el boli que no escribía. De pronto una voz francesa interrumpe su obra: "N'écrivez pas sur les tombes". La segurata.
Documentación, por favor, llamada a la central, aparición de un policía y un hasta pronto, ya te llegará la multa. Se lo tendrían que haber llevado a la cárcel a ver si él era capaz de escribir otro De profundis, escribiendole a su amiga francesa que le hacía de intérprete.
Ya lo dijo Óscar en Un marido ideal:
Así como la vulgaridad es simplemente la manera de obrar de los demás.
Pongo foto del delincuente en cuestión:
2 comentarios:
Ay Marga, qué cosas te pasan! Menos mal que, como buena reportera dicharachera, nos las vas contando para ir conjurándolas... jeje. Mil gracias por las fotos... será algo tétrico o escatológico... pero es maravilloso!!! María, Frederic y Óscar te lo agradecen. Abrazos fuertes!!!
Martín
No se si alguna vez pueda estar parado frente a la tumba de Oscar Wilde, pero, rayarla?! Que pedazo de salame!
Saludos
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