Esta tarde, sobre las 16:00 tras sortear un montón de tierra, una excavadora, un poste de la luz, ver de reojo restos arqueológicos, he conseguido llegar al Centro Cultural con la intención de estudiar en el aula de estudio. Tras franquear la primera puerta, en la segunda me encuentro a la señora conserje quien me pregunta dónde iba. Pues… (si por aquí no se va a Japón) a la sala de estudio. Me informa que está cerrada porque no hay luz, ahí reparo en las luces del techo y veo que estábamos a oscuras (algo que en la entrada a esas horas es bastante común), me dice también que están esperando que traigan un generador. La carencia de luz en la biblioteca Pilar Barnés también ha sido un dato aportado por esta señora. Por estar con la barriga llena he pensado bien: habrán cortado la luz por la excavación de la puerta pero al caminar entre la excavadora, un remolque que entraba (creo que con el generador), cuando he podido levantar la vista pensando que ya mi integridad física no corría peligro (soy una ilusa que para pasear por su ciudad pese al plan-E no lleva botas de montaña, piolet y protector de coxis) he visto carteles luminosos ¡con luz! Recordando que eran las dos bibliotecas las que se encontraban a oscuras he pensado que no habría pagado el ayuntamiento sus facturas estando más ocupado nuestro Alcalde en presentar algo en Fitur: “La Ciudad del Sol, tan luminosa que no necesitamos ni bombillas”.
He vuelto a casa, he comprobado en el buzón si tendría algún panfleto tipo: “Lorquino, ayúdanos a ahorrar, guarda la cerilla de los oídos para que podamos hacer velas que den iluminación a los edificios públicos”; buzón vacío.
Ahora entenderé el toque medieval de Lorca, pensemos en los carteles para justificar la mala gestión: “Ven a Lorca y vive la Edad Media estudiando como un monje. La entrada incluye: vela, pluma, tintero y una pegatina con una frase en latín*”.
Nunca me he visto en que Iberdrola –o la compañía que sea- me amenace de corte pero supongo que no sea algo de un día para otro. Quizá cuando se hizo el roscón más grande del mundo fue porque no se podía montar el árbol más iluminado del mundo por si llamaban al de los Guiness y cuando llegaba la demostración nos habríamos quedado sin luz.
Concluyo con una frase lorquina: “eso lo llevará algún luces”.
*Luce sunt clariora tua concilia omnia
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